Huella Hídrica, oportunidad de las empresas de hacer frente al cambio climático
Este 22 de marzo, se celebra el Día Mundial del Agua, y no debemos perder de vista, que el sureste español está clasificado como una de las regiones más áridas de toda Europa, presentando índices de precipitación muy bajos e irregularmente repartidos a lo largo del año. Si a esto sumamos la alta insolación y evapotranspiración con el conjunto de cambios derivados del cambio climático, nos encontramos con que gran parte del territorio de la Región de Murcia está en alto riesgo de desertificación y es propenso a sufrir consecuencias directas derivadas del cambio climático.
Ante esta situación, la administración ha tomado cartas en el asunto, desarrollando una estrategia Regional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático que, a través de sus 2 objetivos principales y 15 líneas de actuación pretende trasladar el cumplimiento de acciones a todo el tejido empresarial e institucional de la provincia.
¿Qué pueden hacer las organizaciones y empresas para colaborar?
Como recurso disponible, la Huella Hídrica se presenta como una herramienta útil y adaptable a los sistemas de gestión tradicionales, donde también se está desarrollando el control de la Huella de Carbono.
La Huella Hídrica es un indicador medioambiental que define el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios que se fabrican por parte de una organización. Es una variable necesaria que nos dice el agua que nos cuesta fabricar un producto o prestar un servicio.
Las empresas deben desarrollar estrategias ambientales que incluyan la gestión y control de la Huella Hídrica, evaluando el nivel de apropiación e impacto sobre los recursos hídricos que requiere la producción, de un bien o la prestación de un servicio, a lo largo su ciclo de vida completo. La implantación de estos protocolos de actuación ambiental, muestran un elevado grado de compromiso por parte de las empresas con su entorno, al tratar de poner solución a los problemas relacionados con el consumo de agua, su calidad y su disponibilidad, algo que en la Región de Murcia es imprescindible, dado el grado de sequía y necesidad hídrica.
La Huella Hídrica, se asimila a la Huella de Carbono porque es un modelo de gestión de materias primas compatible, que permite identificar los impactos ambientales y los requisitos legales de las organizaciones para el cumplimientos de los mismos, a la vez que se ahorran costes, materias, energías y lo más importante, se crea conciencia ambiental.
Es una forma efectiva de cumplir con los cada día más exigentes estándares de calidad ambiental exigidos por Europa, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Agenda 2030 y todo el torrente de nueva legislación ambiental y Estrategias de Contratación Verde, que pone nuevas restricciones y requisitos a todo tipo de empresas, vertidos y demás residuos.
El impacto del uso, gestión y control del agua es tan relevante que, 2 de los 17 ODS propuestos por Naciones Unidas para lograr por los estados comprometidos para el año 2030, tienen que ver directamente con ello. El ODS 6, “Agua Limpia y Saneamiento” se propone que el agua sea un recurso disponible en todas las partes del mundo y el 14 “Vida Submarina” pretende mantener en buen estado de conservación los ecosistemas ligados al agua, principal reservorio de carbono azul (sumidero de CO2) del planeta.
La Región de Murcia, como una comunidad eminentemente agrícola y con un tejido empresarial muy adaptado y evolucionado, ha de marcar la diferencia sectorial necesaria para adaptarse a los cambios normativos y a los requerimientos ambientales que nuestra tierra necesita, por lo que es imprescindible establecer estrategias a este respecto, para el mantenimiento de nuestra economía, teniendo en cuenta que el AGUA es uno de los bienes más preciados en la Región de Murcia.
Marquemos con tinta indeleble en los decálogos de nuestras empresas, que EL FUTURO SERÁ VERDE, O NO SERÁ.
25/03/2021